sábado, 12 de julio de 2008

El "Sondemar", de Algeciras a las Islas Afortunadas

El mes pasado arriba al Real CLub Nautico de Algeciras el "Sondemar" con 3 tripulantes y con rumbo a las Islas Afortunadas. Atracaron en el club y alli conocimos a sus tripulantes, Pau, Paco Jimenez que mucha gente le conocera por sus aventuras en solitario y que recoge en el libro (Alegrias y desventuras de un navegante en solitario" y un trecer tripulante que no recuerdo el nombre, espero perdone mi mala memoria.

A continuacion os escribo lo que me ha relatado Pau del viaje del Sondemar y su paso por Algeciras.


(Pau dixit)

Me ha alegrado mucho recibir las fotos que nos hiciste cuando salimos de Algeciras, el 10 de julio de 2008, serán un bonito recuerdo para nosotros.

No te disculpes por no haberlas mandado antes. Quién se tiene que disculpar soy yo por no haberte llamado, aunque no tengo tu móvil, pero creo que me pusiste en favoritos del navegador tu e-mail y te podía haber enviado un correo. Tal vez me relajé porque llamé a Nani desde cabo Espartel cuando habíamos cruzado el Estrecho y posteriormente desde Las Palmas cuando llegamos y que os lo dijera a vosotros, a todos los amigos que tanto nos ayudásteis.

Bueno he de decirte que el cruce del Estrecho fue de cine, mejor no pudo ser. Llegamos sin ninguna dificultad a Tarifa (llamando previamente a Tarifa Tráfico para que nos siguiera) y luego comenzamos el cruce del dispositivo de separación de tráfico. Todo ello lo hicimos a vela, con viento y corrientes favorables apoyados con un poco de motor. No hubo demasiado tráfico y el cruce lo denominamos “de libro”. Todo ello gracias a la magnífica información que nos proporcionaste y que resultó ser fundamental.

Por todo ello arribamos a unas 8 mn. al NW de Espartel sobre las 19 H, momento en que llamamos a Nani. A partir de esa posición apuntamos a la Isla de la Graciosa (creo recordar que con un R 222º).

Desde ese momento la travesía fue una auténtica delicia, vientos de entre 15 y 25 nudos por la aleta de estribor que estuvieron presentes, de manera estable, todo el tiempo.

Enseguida nos organizamos para hacer las guardias individuales nocturnas (22-01; 01-04 y 04-07 h.) y luego el resto del día estábamos en cubierta gobernado, charlando, comiendo, leyendo… o durmiendo a ratos para reponer energías. Fue una convivencia muy buena, nos unía el gusto por el mar y la navegación y cualquier problema que surgía lo resolvíamos de inmediato, las únicas peleillas fueron por coger la caña cuando no gobernaba el piloto automático. Como te digo, una delicia de viaje a nivel náutico y relacional.

Faltando unos dos días para llegar a La Graciosa (y navegando solo a vela) tuvimos un pequeño percance que luego hizo que tuviera más importancia. Teníamos el depósito de combustible con solo ¼ de gasoil y decidimos rellenarlo con los depósitos adicionales. Cuando lo estábamos haciendo apareció Murphy en forma de gran ola que rompe en la aleta de estribor y nos mete agua salada en el depósito fijo de combustible. Como puedes imaginar, con el balanceo del barco, la emulsión agua salada – gasoil estaba asegurada, lo cual no recomendaba arrancar el motor por si se nos metía agua en los inyectores y… adiós motor. Así que desde ese momento solo velas (ningún problema) pero no podíamos cargar las baterías con el motor. A todo esto hay que poner luces de navegación, plotter, piloto durante 2 días,…. Total que la noche del 14 estando apuntando para pasar entre la Isla de Alegranza y el Roque del Este (próximos a Lanzarote) casi nos comemos el Roque porque por más que mirábamos no veíamos la luz del faro de arribada de Alegranza (luego nos dijeron que se les acaba el gas y no siempre lo reponen), lo cual nos produjo mucha incertidumbre. Como la noche era de luna llena, salvamos el Roque y nos dirigimos al Canal del Río (canal que separa Lanzarote de La Graciosa). En esos momentos y a pesar de que el generador eólico había trabajado durante toda la travesía, no fue suficiente para abastecer el gasto de energía de todos los servicios, con lo que empezó a bajar la tensión (12, 10, 8, 6… y 0 voltios à kaput) y llegamos al canal (donde estábamos protegidos de los alisios, sin apenas viento ni olas) quedándonos parados a unos 300 metros de la bocana del puerto de La Graciosa y por supuesto sin motor ni electricidad.

Lo intentamos todo para entrar, favorecer la escora, remar un par de horas, y yo que sé cuántas cosas, pero nada, sobre las 5 de la madrugada decidimos fondear (entonces nos dimos cuenta de los dos hilillos de agua que cortaba la cadena) à había corriente que nos impedía entrar en puerto.

Puedes imaginar el agotamiento, sobre todo el mío (remero mayor del barco y encima sin ser de Bilbao… jajajaja). Total, un par de horitas de sueño y a las 7 de la mañana en pie para volverlo a intentar. Pasa un velero francés con tres tíos en cubierta a los que les pedimos remolque y nos contestan en perfecto español que no, que están cansados... vivez la francia. Con todo el cabreo del hecho seguimos intentando entrar en puerto. Casi lo conseguimos pero estando en la bocana un viento del interior del puerto nos sacaba de nuevo…, menos mal que nos vieron unos marineros de un glass boton boat “El Graciosero” que nos vinieron a dar remolque y felizmente nos dejaron amarrados en el puerto.

Desde ese momento me puse a sacar todos los cachivaches de los cofres de popa, desmontar el aforador y otros elementos y a bombear manualmente los 45 litros que tenía el depósito para poder secar el interior del depósito y asegurar que no quedara ni una gota de agua. Montar de nuevo lo desmontado y llenar el depósito con combustible no contaminado. Todo esto nos llevó a las 12,30 HL. Mientras tanto nos dejaron 220 v. para resucitar las baterías. Luego una reparadora duchita de agua fría y a comer “pescaíto recién cogío”. Un paseo por la población y sobre las 16,30 HL zarpamos hacia Las Palmas barloventeando Lanzarote.

Llegamos felizmente a Las Palmas sobre las 15,30 del lunes 16 de junio, donde después de una magnífica ducha de agua calentita nos regalamos una comida de cierre de travesía en el Real Club Náutico, donde Paco Jiménez es un personaje muy querido y admirado. Atracamos el barco en el Náutico esa noche y desde entonces está en el Muelle Deportivo de la Autoridad Portuaria de Las Palmas donde me tenían reservado un amarre.

Como puedes ver la travesía tuvo un poco de todo, buenos vientos y buena mar, buena compañía, cerveza caliente y comida fría… jajaja y los imponderables que con ganas pudimos superar. Bueno hubo algo más, un pequeño desgarro en la relinga de la vela mayor (unos 30 cm que nos obligó a navegar con el primer rizo tomado) y el molinete del fondeo que no me funcionó en La Graciosa (pero seguramente ya estaba agarrotado por entrada de agua salada).

Total, que “la barquilla” (como le llama Paco Jiménez a Sondemar) se portó “bienísimo” como dicen por aquí. Y que tardar 4 días y 18 horas en llegar desde Algeciras a La Graciosa no está nada mal.

En fin Dani, que quería contártelo con todo lujo de detalles para que imagines lo que vivimos, por si alguna vez te animas a hacer derrotas de este tipo.

Ah, por cierto, nos fue muy útil el MaxSea cuando nos quedamos sin batería, pues con el portátil pude situarme en la carta y establecer el rumbo para llegar a la Graciosa desde el Roque del Este, un puntazo a tu favor. Gracias

Bueno Dani, ha sido un placer haberos conocido y tratado tanto a Nani como a ti, por vuestra generosidad y amistad. No es frecuente encontrar a personas como vosotros y como Lolo.

Espero algún día poder corresponder a tantas atenciones como las que nos proporcionasteis. Aquí me tienes para lo que necesites.

Recibe un fuerte abrazo de Pau

P.D. Si te parece dale una copia a Nani y a Lolo. Gracias



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